Pinceladas. UN DÍA DEL VERANO
UN DÍA DEL VERANO
Buenos días.
Sigo vuestras andanzas a través de mamá que, afortunadamente, sigue feliz en este pueblo del que está consiguiendo que sea el punto de encuentro de toda la familia, amigos y conocidos. La semana próxima, por ejemplo, habrá overbooking a pesar de los dos pisos. Pero ¡eso le hace feliz!
Aquí, por contra de lo que tu me cuentas de ahí, aún no ha llegado el verano hasta el punto de que alguna noche he tenido que echar mano de una mantita para dormir.
Por lo demás, monotonía.
Lectura y entretenimiento en el ordenador, donde estoy preparando un apunte sobre Grecia y los Siete Sabios. Un rollo, quizás, para los demás, para mí un "divertimento".
Ayer rompí el monótono encierro en casa. Me fui a La Coruña con el pretexto de comprarme un pantalón que no encontré. Mamá no me acompañó porque el autobús salía a las 9 (no hay otro en la mañana) y ella aprovecha su estancia aquí para dormir hasta tarde. Estuve dando vueltas hasta las 3, hora en que sale el autobús de regreso. No encontré un restaurante "normal" de marisco de modo que me fui al mercado central y me traje a casa unos percebes y cigalas, que comeremos hoy tras prepararlos con la fórmula que me dieron..
NADA importante, como ves, que contar. Y, desde luego, nada que implique algo equiparable a vuestros desplazamientos y goce completo de vuestros días felices. Por tanto, sería por mi parte pretencioso y egoísta el ocupar vuestro tiempo trasladándoos esta monotonía sin aliciente de la vida en Guitiriz de un viejo sin coche.
Ya me he extendido demasiado. Un rollo, como siempre. La culpa es -también- tuya, por preguntar.
Con lo que queda dicho, si es que no hubiera otras razones de más y verdadera importancia, entenderás que recibo, y degusto con verdadera satisfacción, tus noticias.
Si fuese creyente rezaría para que los dioses alejaran de Madrid ese calor que os abrasa.
Hasta que quieras
Comentarios
Publicar un comentario