El Cuaderno de Nitsuga

RHUT Ella, toda,  es alegría; ella es fuego y es pasión; todo en ella es armonía; ella es todo corazón. Su mirada es un mensaje;. no le hace falta mandar. Con el sólo gesto hace que le entiendan los demás. No es que sea parca en palabras,   que el hablar bien se le da; sonando la melodía de su voz tan natural como un llamado de alarma que informe llegado el día de la fiesta principal. Su encanto es, por descontado, un lenitivo del mal. un encuentro afortunado que alivia de forma igual tanto un dolor depravado como un rasguño sin más. No lo hace falta decir. Ella es lista y es gentil, deportista, juvenil, ingeniosa y cosas mil; y además  de ser hermosa, tiene en orden cada cosa y es resuelta en su vivir. Yo la quiero muy de veras como hija. y aunque a veces le reproche su insistencia en tratar de protegerme en forma fija reconozco la intención de su conciencia. Y, pues sé de su amor e inteligencia, yo me dejó llevar como ella elija. Pero el

REQUIEBRO GITANO   Y si lo quieres saber no tienes que preguntaá Que al derecho y al revés. yo te quiero, resalaá.   Me gustan tus fantasías, te adoro por bien plantaá'. me contagia tu alegría y hasta me encanta tu andar.   De modo que, ya lo sabes, no lo tienes que olvidar, contigo no tengo males y sin ti no tengo na'.   (¡por la gloria de mi mare! te lo digo de verda’. No l’o copiao de naide. Me l’acabo de inventa’ ) Madrid, julio 2020 

Estepona La brisa serena del mediterráneo, su cálido ambiente, su gracia y su luz son los alicientes que sólo Estepona ofrece sin tasa, igual al foráneo que al hombre orgulloso de ser andaluz.   “ El rasgar de una guitarra, “de unos “tejos” el sonar, “el sabor de la Alpujarra “de una gitana al bailar; “las calles, "cuajás" de flores que pisas al caminar y dejan tales olores que "no se puede aguantar" “son cosas que en Estepona te hacen ser particular.            Por eso, mi amigo, no sigas buscando;        detén tu camino, deja ya de andar; tu horror al verano por siempre abandona, que el aire fresquito que busca tu sino aquí, en sus terrazas, lo vas a encontrar. No sientas reparo, decídete entrando en cualquiera tasca de toda la zona; toma, con su tapa, un chato de vino, prueba el “pescaito” que aún huele a mar;           Relaja tu alma