EN EL ÚLTIMO ADIÓS A SU PADRE Queridos Juan Carlos y Malena. No sé si vuestro propio dolor os habrá hecho notar mi ausencia esta mañana. No ha sido por olvido. No he querido asistir al último acto de la vida de vuestro padre y no por olvido o desamor. NO. Ha sido por la falta de confianza en mi propio control, desde luego , pero también, y especialmente, con la intención de no contribuir con la incontrolable manifestacion de mi dolor al aumento del vuestro. Porque, aún contemplado desde planos distintos, es grande el vacío que deja con su marcha entre todos los que, de una u otra manera vivimos con él . El recuerdo de su recto comportamiento en cada ocasión. su constante conformidad con todo y con todos, su sencillez y delicadeza en cualquier ocasion, sus afectuosos atenciones, en fin, ya no son fáciles de encontrar en hombres de esa edad. El pensamiento de su pérdida produce un latigazo de dolor cuyo lamento no se puede o...