Pinceladas.-MI AMIGO AMANDO


Mi amigo Amando
Amando Sánchez es un leonés de pro; un “joven de ochenta y tantos años” bien llevados
Le conocí a principios de siglo como guía voluntario del Museo de Ciencias Naturales de Madrid, y coincidí con él en esa gratificante actividad hasta el pasado año en que yo tuve que dejarla por mis dificultades auditivas.
Simpático y dicharachero; no sé de nadie que más ciudades de España conozca, guardando siempre algún chusco comentario sobre la mayor parte de ellas. Polifacético. Espiritualmente inquieto. Con particular tendencia a “mantener correspondencia escrita” con autoridades administrativas; especialmente con las de su tierra, poniéndoles de manifiesto los errores que, en su caso, determinan sus resoluciones.

Me ha enviado su último trabajo: “Adán, Eva y la manzana” con la expresa petición de que, si me gusta, lo dé a conocer a  compañeros del Museo.
 Me ha gustado. Es una pincelada que de alguna forma refleja su personalidad. Tanto es así que no veo razón para limitar su reproducción a los compañeros del Museo. Por eso he decidido facilitar su conocimiento a cualesquiera otros a quienes pudiera interesarle, incluyéndolo en mi blog (por otra parte, descuidado últimamente tras el fogonazo inicial).
En cualquier caso, la incorporo como muestra de mi especial aprecio y estima, de la que puede considerarse como apunte la foto que nos hicimos en la última excursión con los compañeros del Museo en abril del 2017 y que incluyo como final del artículo

Así, pues, aquí queda la obra de mi amigo Amando y la contestación que a vuelta de correo le he enviado.

                                  
  ADÁN,  EVA  Y  LA  MANZANA    

                                                        Madrid, 12 de octubre de 2019               
                                                                                                                         Mar de Saga.
Según los entendidos, algunos libros de la Biblia se escribieron hace unos 3.000 años, lo cual es como decir que aquellas gentes no tenían televisión aunque disfrutaban de algunas tecnologías de las cuales, podemos decir, que eran el Internet de los pueblos sumerios y de alguno más del Creciente Fértil. Pero esto lo dejamos para más adelante.
El primer libro de la Biblia es el Génesis (Genes-is es origen de algo según el DRAE) y nos habla de la creación de todo lo que existe según las leyendas, mitos o teorías de hace 3.000 años que se concretaban en el poema de Gilgamesh, epopeya sumeria, y en diversas tradiciones orales. Voy a dejar al resto de lo creado ( noche , día, mares, ríos, etc.)  y me voy a centrar en Adán  y Eva. El Génesis 1, 16, dice que Dios "crea a su imagen y semejanza al hombre y a la mujer". Sin embargo, un momento después, parece que se arrepiente y lo mismo que el alfarero hace un puchero, modela en barro a Adán y sopla sobre él y le da vida. Pero, entre tantas creaciones, hay otra creación  de Eva de una costilla que extrae de Adán. Así es que el autor del Génesis los crea varias veces porque bebe para escribir de varias fuentes y el Gilgamesh es una de ellas, puesto que en este poema también se crean hombres por el método del alfarero o del botijo.       
Cuando era joven, ¡ay qué tiempos!, iba mucho a Salamanca y en Las Torres tomé varias veces un café con churros que compartíamos, con un cura leonés profesor de Biblia que venía dos días a la semana para dar clases en la Universidad Pontificia. Un día le pregunté cómo se podía armonizar el Génesis con las teorías de Darwin y su libro El origen de las especies. "Muy sencillo", me dijo, "el Génesis y la Biblia no son libros científicos, y lo que dice el Génesis, como libro religioso, es que Dios es creador y lo dice como se hacía hace 3.000 años en el Creciente Fértil. Por tanto los genes del "Génes-is" son de alfarero que es una profesión de artesanos y artistas, con lo cual el primer capítulo no deja de tener arte y profundidad en su simpleza, valga el oxímoron. Ahora, cuando voy a Salamanca y llego a la Plaza, recuerdo que en ella aparcaba cuando iba a tomar café y pienso para mis adentros: "En aquel tiempo yo era casi tan bruto ahora".       
El artista armonizó el conjunto de elementos dispares del Real Gabinete del Museo Nacional  de Ciencias Naturales y colocó a Adán y Eva en el centro de este mundo de maravillas que es su paraíso del siglo XVIII. A ninguno  de los dos se les ve con apetito, están serios y no tienen  la menor intención de comer la manzana aunque, eso si, Eva la tiene en la mano, pero  me da la impresión de que Adán no se entera de nada, que se hace el loco, vamos. Pero en fin, Adán y Eva cumplen su papel ante la mirada del mono que ha ido, no sé cuándo ni porqué,  retirándose hacia la retaguardia y terminará como la serpiente del techo que marchó por su pie hacia un nicho más ecológico y con acristalado moderno.  
Adán y Eva han sido representados en todas las artes y por infinidad de artistas, pero en ningún lugar los he visto tan despelotados como en el Real Gabinete del Museo Nacional de Ciencias Naturales y así estarán en los siglos venideros. Yo no estoy dispuesto a buscar la Eva mitocondrial en África teniendo a Eva en el MNCN. Además, cuando miro a una mujer no es para ver sus mitocondrias. Y dejo los mitos porque comencé  estas notas con mitos y aún me encuentro en ellos aunque sean de distinta naturaleza.                 
He leído el primer capitulo del Génesis y cuento a ustedes lo que he visto, pero hay sesudos investigadores que a la luz de las ciencias modernas (Genética, Física Cuántica, Nuevas Tecnologías) han llegado a sorprenderme y este es el caso que puedo adelantaros por información que me ha llegado de nuestro compañero Agustín. Como sabéis, Agustín Calvo es un ratón de archivo y biblioteca que ha investigado su apellido hasta una antiquísima generación que no sé si se remonta al siglo XV y ha tenido que recorrer todos los archivos municipales,  parroquiales y provinciales de Jaén y provincias aledañas.                                                                    
También es investigador de la batalla de Bailén porque su bisabuelo, conocedor de aquel terreno, participó activamente en la preparación y desarrollo de la batalla como asesor de los mandos militares. El bisabuelo de Agustín oyó decir a un capitán: "Cuando lleguen aquí los asamos". "No, eso no", le contesto, "aquí hay que dejarlos pasar, porque cuando hayan pasado hay que zurrarles la badana allí que es donde tenemos todas las de ganar, se darán la vuelta y ese es el momento de actuar y aquí sabrán ya que tienen la batalla perdida". Y la batalla se desarrolló como la planeó y predijo el bisabuelo Calvo. Le dieron un pequeño premio pero merecía el bastón de mariscal aunque no llevaba mochila. Y si hubiera trabajado para los franceses, Napoleón le habría dado el bastón y estaría ahora en la mochila de Agustín que tampoco tiene petate.          
Un equipo de investigadores ha estudiado aquel gran espectáculo bíblico en el que Moisés baja del monte Sinaí con las Tablas de la Ley y los Mandamientos bajo el brazo. Pues bien, Agustín que forma parte de ese equipo, me ha "guasapeado" hace unos días y me dice que tienen pruebas irrefutables de que Moisés no bajó de allí con ninguna ley ni tabla sino que en realidad fue una tablet o tableta de pura y dura tecnología digital que viene de la nube. Y el empanado Charlton Geston sin enterarse de "na y pa na" porque está en la nube. Hace tiempo  pensaba que el móvil civilizaría a la humanidad y ahora, cuando voy por la calle, puedo comprobar asombrado que crea rebaño y "agarrula" al personal. 
 En fecha próxima, el equipo investigador publicará el estudio en una revista científica pero yo les adelanto el resultado por gentileza de Agustín y todo el equipo y agradezco de todo corazón que hayan contado conmigo para transmitir tan genial descubrimiento. Estas son las sorpresas que nos deparan textos de más de 3.000 años que tienen en sus entrañas desconocidos misterios.
Es imposible hacer una buena exégesis de un texto de 3.000 años sin consultarlo una y otra vez, por eso vuelvo al Éxodo, 24, 8, donde dice que Dios entregó a Moisés "unas tablas de piedra", por lo tanto el indicio es claro y la Biblia nos indica que era piedra o, lo que es lo mismo, sílice o silicio. Y esta apreciación  mía concuerda con lo que dice el equipo investigador.
                                                                          Es propiedad de Mar de Saga.

Perdóname, Amando, lo vulgar de la expresión. Pero es que, de verdad, eres un "cachondo mental".

Un simpático y desternillante artículo el que has creado, partiendo de una suave crítica de la teoría cristiana de la Creación del Hombre, mezclando, en su desarrollo,  "las churras con las merinas" : 
  .la ciencia antigua con la chismografía moderna, 
  -la Creación bíblica, cuyo relato inicial sitúas en unos 3.000 años, con la batalla de Bailén, de un "antesdeayer" en medida histórica,
  - tus clásicas anécdotas relacionadas con alguna de tus visitas a ciudades de la geografía hispana, enzarzadas, en un impresionante  "totum revolutum", con la traída a colación del héroe de la civilización sumeria;
   -y todo, sin olvidar la referencia a la instalación de Adán y Eva, con su manzana,  en "nuestro" Museo
   -y al señalamiento del origen de los whatsapp ultramodernos en las Tablas de Moisés al bajar del Sinaí.
No he conseguido ubicar el Mar de la Saga, pero me ha encantado el artículo: ágil, ligero, desenfadado, rompedor, "culterano". Y todo, a pesar de esa referencia genealógica de Agustín, que, sin embargo, de alguna manera forma parte de ese "disparate científico-literario" de agradable lectura.
Enhorabuena.

Y gracias por esa cita personal concreta que introduces en la "historieta", que evidencia tu recuerdo y, por tal,  la permanencia de esa amistad, breve en el tiempo, pero propia de auténticos "jóvenes de  ochenta y tantos años".
Gracias por la primicia.

Madrid, 18 de octubre de 2019
18.04.2017 Ávila durante la excursión a Salamanca con los Guías voluntarios del Museo


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