Pinceladas.-SAN AGUSTÍN.- 28 DE AGOSTO
SAN AGUSTÍN.-
28 DE AGOSTO-
Es
ancestral costumbre que mantienen viva los miembros de la Comunidad Cristiana
la de felicitar al interesado el día que la AUTORIDAD
ha fijado para la celebración de la muerte, y ascensión a los cielos, de cada
uno los componentes del santoral cristiano. POR CIERTO, que, NO todas las ramas
del cristianismo CELEBRAN LOS MISMOS SANTOS, ni, INCLUSO, se mantiene siempre
el mismo día DEL AÑO PARA CELEBRAR LA FESTIVIDAD en el caso de los católicos.
Recuerdo,
por ejemplo, que ahora el día de S. Rafael se celebra el24 de octubre y antes,
en el siglo XX, se celebraba el 29 de septiembre EN CELEBRACION CONJUNTA CON
LOS TAMBIÉN ARCÁNGESES, S. MIGUELY SAN GABRIEL sin que nadie, o muy pocos, sepa
el porqué del cambio, aunque tampoco interesara demasiado, salvo, claro está,
los que llevan ese nombre.
Yo reconozco que en la práctica no soy cristiano practicante, aunque esté bautizado como católico; al menos no lo soy en la forma en que se consideraban cristianos los miembros de esta Comunidad en los primeros siglos del cristianismo y hasta, digamos, la edad moderna.
No es extraño: los adelantos de la ciencia, el
incremento del nivel cultural del Pueblo, la incorporación a la vida social de
nuevas y vitales preocupaciones, entre otras causas, han dado origen a unos
comportamientos personales que requieren especial atención que alejan al
ciudadano de la práctica religiosa.
Me atrevería a firmar que son muy poquitos los
que pueden considerarse “cristianos de los de antes”. Pueden ser, sí,
buenas personas, honrados, caritativos, pero difícil sería encontrar hoy a
quienes sigan creyendo “a ojos cerrados” en los misterios de, por ejemplo, la
transustanciación, de la virginidad, de la elevación corporal a los cielos,
etc., que, sin embargo, son la esencia de nuestra religión.
Pero,
aunque no sea ferviente cristiano “a la antgua”, me agrada recibir el 28 de
agosto una muestra del recuerdo de alguna de las personas que viven junto a mí
o que se cruzaron en mi vida, dejando en mi alma impresión más o menos viva. Es
un detalle que te hace considerar que, en alguna manera, formas parte de esa
persona.
Las
razones, desde luego, pueden ser muy distintas: cariño, afecto, interés, recuerdo,
incluso la decisión de algún conocido de fijar en su día un dato recordatorio
en esas maquinitas que ya forman parte de nuestra rutina diaria para que le
avise de la llegada del día programado. Incluso eso, tan simple y aparentemente
tan anodino, es prueba de que no estás solo en el mundo, de que fuera de ti
puedes encontrar comprensión, compañía o atención para compartir tus problemas
y tus alegrías, cuya comunicación son inherentes a la persona considerada como
un “ser social”.
Soy consciente de que, en algunos casos la
esperanza de encontrar esas reacciones teóricamente esperadas son solo
imaginarias, es decir que solo exclusivo producto de nuestro deseo, pero, aun
así, son algo positivo: conforman una predisposición a sentirte feliz.
Hoy
es 28 de agosto. FIESTA DE SAN AGUSTÍN
28 de agosto. Está declinando el día. No me han defraudado mis expectativas. He podido constatar, por la lectura de los WhatsApp a través de los que se me ha dado traslado de la felicitación, que me agrada recibir el recuerdo de las personas que tengo en mente;, que gozo con elegir para cada una de ellas el texto que considero más adecuado para agradecer su recuerdo; que, en fin, no soy distinto; soy uno más.
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