El Rincón de la Poesía. LA MEJOR AYUDA
LA MEJOR AYUDA
(Impromptu)
Recostado en el sofá,
desde su puesto, observaba
el costoso trabajar
que a su esposa le ocupaba
desde los platos limpiar
a preparar la ensalada.
Con el deseo de aliviar
el trabajo de su amada,
ofreciósele a ayudar
de alguna forma adecuada
para poder compensar
el que él no hiciera nada.
Agradeció la mujer
-aunque sin gran convicción-
la ayuda a que se aprestaba.
Y aprovechó la ocasión
para poder reponer
la pimienta y pimentón
de que debía disponer
pa sazonar la ensalada.
Con formal disposición,
el esposo fue a obtener
las cosas necesitadas
para el almuerzo poner,
ofreciendo así a su amada,
con muchísima ilusión,
testimonio con que daba
la prueba de su querer
y el amor que le impulsaba.
Pero tomó aquel quehacer
como una cosa normal
sin tener la prevención
de, en su memoria, fijar
-como debiera de hacer-
nombres y finalidad
de las cosas a comprar
para cumplir la función.
que se ofreció a realizar.
Cuando a la casa volvió,
feliz, entregó a su esposa
con orgullo y decisión
el paquete con las cosas
que para ella compró
de forma tan presurosa.
Ella, miróle amorosa,
tomó y desató el paquete;
pero, después que lo abrió,
su cara color de rosa
se cambió en un periquete
y al color verde tornó,
Luego, con voz alterada
que anunciaba una tormenta
exclamó con decisión:
Esto no es lo que esperaba.
Yo no necesito Menta
ni algún Pimiento Morrón.
Después,
cuando amainó la tormenta
y su voz recuperó,
dijóle, aunque consternada,
con sinceridad en su voz:
SI ME QUIERES AYUDAR,
Mejor, NO ME AYUDES NADA.
Quédate tú en tu sillón
y limítate a pensar,
hasta acabar a jornada,
¡Que así ayudarás mejor!
S. Agustín del Guadalix, 29.03.24
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