Pinceladas. SERVIRÁ DE RECUERDO
CONFLICTOS MUNDIALES 2.024
Servirá de recuerdo
He encontrado en la sala de espera de un consultorio médico una revista rara:
No recuerdo su nombre. Lo siento,
No se ocupaba de las relaciones
personales, proyectos, “poses” o frases ingeniosas de quienes, en opinión de
ese tipo de prensa especializada, son los personajes más famosos del momento,
sobre los que ofrece rebuscadas
posiciones de cuerpos semidesnudos o, por el contrario, recubiertos de
prendas costosas y llamativas.
Ni presentaba las impactantes fotos de
las naves de cruceros vacacionales de
sugerentes líneas y elegante
presentación, capaces de albergar más
pasajeros que muchos, muchísimos, pueblos de La
Tierra, con ofertas de estancias en las paradisíacas aguas de las
Maldivas, o en las incitantes selvas de Malasia o las gélidas regiones
circumpolares.
Ni las que ofrecen las vistas de las imponentes torres y nuevas
construcciones de los Emiratos Árabes, rascacielos inalcanzables en lo que
solo hace un siglo eran las arideces de
un vasto y tórrido desierto y hoy
lucen, además, los más bonitos y bien
cuidados jardines de variada flora y
sorprendente belleza que pueda soñar un amante de la Naturaleza.
No eran tampoco las fotos sugestivas de
productos que, bajo la forma excitante de suculentos manjares, llevan
escondidos el germen de enfermedades o dolencias que sólo son fácilmente
curables con aquellos productos descubiertos por doctores extranjeros de
nombres difíciles de pronunciar.
Tampoco se trataba, como cabía suponer,
de las típicas “revistas médicas”, con profusión de detalles sobre las
consecuencias nefastas, (aunque aparentemente invisibles) que podrían derivarse
de posturas corporales o inapropiados ejercicios físicos que son
desaconsejables y de dignas de sustitución por las nuevas técnicas sobre el
cuidado corporal, a las que dedican sorprendentes artículos.
Por casualidad la ojeé, la cogí
por descarte y la hojeé. Me
encontré con la página que ahora expongo. La
leí con interés.
Aunque
solo sea como recordatorio, decidí conservarla.
Tengo que reconocer que, mi primera reacción
después de tomar esa decisión, fue la de arrancar las páginas que despertaron
mi curiosidad. Estaba yo, sólo, en la sala; la revista era antigua.
Afortunadamente, se impuso la cordura y
prevalecieron los largos años de mi formación educacional. Saqué de mi mariconera ese aparato sin el que
ahora no podría vivir: el móvil, que considero, hoy, no como un complemento, sino
como un nuevo “cerebro”, irremplazable y polifacético colaborador. Conseguí, con
las normales dificultades de siempre, abrir el aparato y el “apartado” de
“cámara” con el que conseguí la foto que motiva este apunte.
Problema
diferente -.y no menor- fue el de conseguir que esa foto encabezara este
comentario. Pero, honestamente, no creo que esa situación deba formar parte de
esta información. Declino comentarla.
Es el hecho, que me pareció interesante la forma sencilla, tan simple y sintética, en que se presentaba nuestra complicada situación mundial. Pensé que debía comentarla.
Pero, no; no soy capaz de añadir ninguna idea que supere la triste impresión que ofrece ese conjunto de "imagen + sintéticos comentarios".
Lo dejo así
.Servirá de recuerdo
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